El territorio mexicano se caracteriza por una topografía
compleja. Dos terceras partes del país se encuentran por encima de los 800 metros
sobre nivel de mar. Cerca del 18 por ciento del territorio tiene pendientes por
debajo de 5 grados, mientras que más del 47 por ciento tiene pendientes mayores
a 27 grados. Esta heterogeneidad fisiográfica, aunada a la ubicación geográfica
de México en la zona intertropical, genera una diversidad de climas. Generalmente
de acuerdo a la CONABIO (recuperado de www.conabio.gob.mx
consultado el 02 de abril de 2017) se reconocen seis grandes tipos, aunque a
pequeña escala existen numerosos tipos y subtipos que abarcan prácticamente
todos los climas en el planeta.
De acuerdo con Rzedowski (estudioso de la vegetación en
México), la cubierta vegetal del país es una de las más variadas de la Tierra,
ya que prácticamente todos los grandes biomas o ecosistemas están representados
en el territorio mexicano, desde desiertos donde caen menos de 6 cm anuales de
lluvia y donde la aridez apenas permite el desarrollo de algunos organismos
hasta otro extremo, donde las selvas son frondosas y siempre verdes y caen 5.50
metros de lluvia todo el año.
También hay una enorme diversidad de condiciones térmicas, desde las regiones cuyas temperaturas anuales medias alcanzan los 300 Celsius, hasta las regiones de los páramos de alta montaña, donde hay heladas todas las noches y se presentan temperaturas -60 Celsius, como en el Pico de Orizaba, la región más elevada del territorio.
La combinación de una complicada topografía, considerada
como una de las más accidentadas de la Tierra, las grandes diferencias de
condiciones ambientales determinadas también por las variaciones de latitud y
altitud, unidas a un ambiente geológico complejo, dan como resultado una gran
diversidad de ambientes. En estos se pueden encontrar múltiples combinaciones
de formas de vida y de especies.
De acuerdo a la CONABIO, en el mundo existen más de 190
países, pero sólo 12 de ellos son considerados megadiversos. México se
encuentra entre estos 12 países, que en conjunto albergan entre el 60 y 70 por ciento
de la biodiversidad total del planeta. Esta gran diversidad en el territorio mexicano
se debe principalmente a la compleja topografía, la variedad de climas y la
conexión de dos zonas biogeográficas: neártica y neotropical, que en conjunto
forman un variado mosaico de condiciones ambientales.
También en el territorio mexicano hay un proceso de
desertización agudo, sobre todo en regiones de gran fragilidad, como las zonas
áridas y semiáridas, donde se destruye la cubierta vegetal, provocando
alteraciones y erosión del suelo, que perdura por mucho tiempo.
Las zonas erosionadas agudamente no son recuperables en
corto tiempo, el suelo se convierte en un recurso no renovable, para
recuperarlo tomaría varias generaciones, ya que se forma a través de la
acumulación de material producto de la descomposición biológica de los
organismos vivos.
Bibliografía
Purata Velarde y García Coll. Ecología, Santillana 2004
Rzedowki,J. Vegetación de México, Limusa, 1978
CONABIO. www.conabio.gob.mx